Esta es la cita principal.
De lo que rebosa el corazón habla la boca. (Mateo 12, 34.) (La Santa Biblia. Ediciones Paulinas. Evaristo Nieto.)
Meditemos en esto, profundamente. Por ejemplo, diré mi meditación al respecto. Hablamos de los demás, es lo que creemos...
...Hablamos de las otras personas con toda naturalidad. No del mundo, la ciencia; el arte sino más precisamente de las otras personas. No de este maravilloso mundo...
...Sino de otras personas, y ni siquiera para hablar bien. Ni siquiera como para enaltecerlos, callando sus defectos justamente para el destaque de virtudes. ¿Pero estamos realmente hablando de otras personas?
...Hablamos de las otras personas con toda naturalidad. No del mundo, la ciencia; el arte sino más precisamente de las otras personas. No de este maravilloso mundo...
...Sino de otras personas, y ni siquiera para hablar bien. Ni siquiera como para enaltecerlos, callando sus defectos justamente para el destaque de virtudes. ¿Pero estamos realmente hablando de otras personas?
Hablamos de lo que está en el corazón.
Cuando alguien critica, yo escucho
sus defectos y además su
proyección.
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